entrée par la rue de la providence 2 Rue des Marquisats, 74000 Annecy
A pocos pasos de las orillas del lago, una casa antigua revela tras sus fachadas una atmósfera tan acogedora como original. El Boutik Hotel se instala en una vivienda del siglo pasado, entre recuerdos de antaño e inspiraciones contemporáneas. Cada rincón del lugar parece contar una historia, y tal vez sea ese sentimiento familiar lo que impacta primero, como si estuvieras invitado a una casa singular donde cada detalle ha sido pensado sin ostentación.
La dirección goza de una ubicación excepcional, entre el casco antiguo y las orillas del lago de Annecy. Por un lado, una calle peatonal conduce a las animadas callejuelas, galerías, museos y tiendas. Por el otro, una apertura hacia los paisajes tranquilos del lago y los relieves de las montañas que enmarcan la ciudad. El contraste entre la animación urbana y la serenidad natural da aquí todo su sentido a la noción de equilibrio.
Tras los muros de esta construcción, el Boutik Hotel despliega un espíritu a la vez libre y refinado. La acogida es relajada, el ambiente suave, casi íntimo. Desde la entrada, se accede a espacios abiertos a la vida: un jardín sombreado, terrazas que invitan al descanso, un salón de té durante el día y aperitivos amistosos al atardecer.
El establecimiento alberga una docena de habitaciones, cada una con su propio universo. Los nombres evocan distintas atmósferas: «Green Forest», «Pink Nordic», «Oscar Wilde», «New York», «Black Reflection»… Cada espacio encarna un estilo, una emoción, un juego de materiales y colores. Los volúmenes son generosos, las iluminaciones suaves, los objetos cuidadosamente elegidos. Nada es fijo: todo aquí puede comprarse, desde las lámparas hasta los sillones, como en un showroom viviente.
Una decimotercera habitación se distingue del resto: la Cabane, instalada en el jardín, ofrece un espacio atípico para parejas o familias en busca de intimidad. Evoca el encanto discreto de un refugio, un poco apartado, pero siempre conectado al espíritu del lugar.
Las habitaciones no están equipadas con televisores, una elección deliberada para preservar la tranquilidad e invitar a la desconexión. A simple solicitud, se entrega una tableta para acceder a los programas digitales. La comodidad nunca se sacrifica, al contrario: aire acondicionado, ropa de cama cuidada, baño privado, conexión Wi-Fi, todo está previsto para una estancia fluida.
Cada mañana, se ofrece un desayuno generoso en la oficina. Los productos son seleccionados de artesanos locales, con una atención sincera a la frescura. Panes variados, bollería, frutas, quesos, embutidos y dulces se presentan en formato buffet. Los domingos, la dirección recibe a los amantes del brunch en un ambiente relajado, bajo reserva.
La tienda, parte integral del concepto, se extiende por varios espacios. Más que un simple lugar de compra, prolonga la experiencia sensorial del hotel. Pasear entre los objetos decorativos, descubrir piezas originales o simplemente tomar el tiempo para observar la disposición del mobiliario se convierte aquí en una actividad en sí misma.
Durante el fin de semana, el jardín puede animarse con un concierto o una exhibición. No es raro encontrar huéspedes compartiendo un aperitivo, jugando una partida de petanca o comentando un cartel musical. El hotel se convierte entonces en un punto de encuentro, a medio camino entre la casa de amigos y el espacio cultural.
El personal, disponible y multilingüe, está a tu disposición a cualquier hora. La escucha atenta, sin formalismos, permite a cada uno vivir su estancia a su propio ritmo, con consejos adaptados para descubrir la ciudad y sus alrededores.
El Boutik Hotel no es un simple lugar de paso. Está dirigido a quienes buscan una experiencia estética, un ambiente acogedor y un alojamiento que no se parece a ningún otro. Seduce tanto a los amantes del diseño como a los viajeros curiosos, los enamorados de los objetos singulares o los paseantes en busca de un momento de pausa.
Al salir del jardín, se llega fácilmente a los muelles del Thiou o a las callejuelas medievales de Annecy. El Palacio de la Isla, a solo unos minutos a pie, merece una visita por su arquitectura singular y sus exposiciones temporales. No lejos de allí, el castillo de Annecy domina la ciudad y ofrece un panorama notable sobre el lago y los tejados antiguos.
Los amantes del arte y la historia también encontrarán su lugar en el Museo-Castillo, que reúne colecciones variadas que van desde la escultura alpina hasta las creaciones contemporáneas. A poca distancia, el centro Bonlieu ofrece una programación teatral rica y ecléctica para amenizar las noches.
Si deseas descubrir la ciudad de otra manera, es posible alquilar una bicicleta cerca y tomar la pista ciclista que bordea el lago. En unos pocos pedaleos, los paisajes se suceden: playas, puertos, miradores. Tanto en verano como en invierno, no faltan actividades: senderismo, esquí, parapente o navegación según la temporada.
El Boutik Hotel ofrece una manera original y sensible de habitar Annecy durante una estancia. Entre curiosidad, confort y tranquilidad, esta dirección está dirigida a quienes aman los lugares vivos, diseñados con cuidado y abiertos a los encuentros.
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Desde 127 EUR por noche